Rolfe se quedó quieto. El pánico y la conmoción le subieron por la garganta, haciendo que le resultara difícil respirar. Su pulso se aceleró frenéticamente. ¿Cráneo fracturado? —¿C— cómo? —preguntó, su voz era un profundo rugido, su pecho vibraba de ira.
Ella había agarrado su brazo y él los apretó a su alrededor de una manera tranquilizadora, rodeando su cintura. Se recostó contra su pecho y la sensación era tan agradable que no quería soltarlo. Su olor a pino y neblina la rodeaba y se sintió calmada. —Fue durante una de las golpizas. Etaya me había golpeado con un bastón en uno de sus arrebatos, y me golpeó en la cabeza causándome una fractura. Desde entonces, siento esta sensación de mareo, pero los sanadores han dicho que no afectará mi crecimiento...