—Rolfe claramente luchaba por controlar su temperamento, ¿o era acaso locura y deseo? —preguntó—. ¿Por qué ocultaste tu identidad? ¿Por qué has hecho esto, Iona? Su aroma a fresa golpeó sus fosas nasales y todo lo que quería era saborear el fruto de la pasión. Los celos se habían encendido dentro de él al ver cómo ella había besado a su hermano. De hecho, estaba hirviendo de celos.
Cuando ella estaba en el campamento con él, nadie se había atrevido ni siquiera a coquetear con ella. Ella era tan hermosa, radiante y voluptuosa y deslumbrante que él no podía comprender por qué nadie coquetearía con ella. Lo que él no sabía era que todos tenían una idea de lo que ella significaba para él. ¿Quién se atrevería?