Cuando Íleo terminó, levantó a Anastasia y besó sus labios, introduciendo su lengua en su boca, saboreándose a sí mismo. Luego agarró sus caderas y en un movimiento fluido se posicionó sobre su miembro y la deslizó hacia abajo. Ella jadeó cuando él la penetró completamente. Sus alas blancas se agitaron detrás de ella. La levantó de nuevo y la deslizó suavemente hacia abajo. Estableció un ritmo suave para ella, pero ella se empujó hacia abajo para instarlo a ir más rápido. Presionó sus manos contra su pecho.