Furiosa por su respuesta, la bruja se lamió los labios y con una voz gutural, levantó el hacha en el aire y la dejó caer en un arco.
—¡Eres patética! —gruñó y estaba a punto de golpearla cuando su cuerpo se sacudió y se arqueó hacia atrás. El hacha cayó de su mano mientras sangre negra y fría salpicaba el rostro y cuerpo de Anastasia. Ella giró la cabeza como un búho para ver qué había sucedido.
Ante la vista, gruñó, mostrando sus dientes puntiagudos y colmillos teñidos con sangre seca.
—Tú... —Antes de que pudiera terminar su frase, otro rayo de orbe negro mezclado con luz anaranjada y ardiente golpeó su cabeza, haciendo que cayera a su lado justo al lado de Anastasia. Anastasia gritó.