Etaya le dio una mirada de reojo y luego entró al baño. Anastasia la siguió. Etaya se metió en el agua sin armar alboroto. Mientras Jor'gas le daba un baño, Anastasia se mantuvo alejada. Era asqueroso verla tomar un baño. Pero la ayudó con su ropa. Cuando estaba a punto de salir, Etaya dijo con los ojos entrecerrados—¿Quién eres? —preguntó.
Por un momento Anastasia se quedó congelada. Miró a Etaya con cautela y dijo tímidamente—Soy Natsya, mi señora —respondió.
Etaya la examinó de arriba abajo y sin decir una palabra, salió del dormitorio hacia la antesala donde el pintor de la corte los estaba esperando. Durante las siguientes varias horas, el pintor les pidió que se mantuvieran sentados en la misma posición.