—Jor'gas sacó a Anastasia de su ensimismamiento —dijo ella—. ¿Qué?
—La reina demonio, Og'drath no está aquí —repitió Jor'gas.
Anastasia asintió, pasándose la lengua por los labios secos —dijo ella—. ¿Cómo se llama la princesa?
—Esa es Etaya, la princesa de las hadas —respondió Jor'gas con una sonrisa burlona.
—¡Oh! Eso es... interesante —dijo Anastasia, aún no podía creer sus ojos. Seraph la miraba con total adoración en sus ojos, con total dedicación y como si ella fuera su mundo—. Se aman mucho. ¿Son— son compañeros de corazón?
—¡Tonterías! —Jor'gas dijo en voz baja y con un disgusto forzado—. Nuestro príncipe está cautivado por ella. Eso es todo.
—¿Quieres decir que ella no lo ama? —Anastasia preguntó.
—Ella dice que lo ama… mucho —una mujer les lanzó una mirada de advertencia y Jor'gas inmediatamente se calló.