—No tiene sentido que vayas de un lado a otro de la habitación, Maple —dijo con una voz tranquila y fría. Desde que Anastasia había escapado, sentía como si fuera una bofetada en su cara. Había confiado en ese guardia solo porque se quedó en el palacio a pesar de tantos azotes de su hermana. El hombre había demostrado ser precioso y leal. Más tarde, Aed Ruad se dio cuenta de por qué se quedó incluso después de todas esas torturas. Su objetivo era conseguir a Anastasia, arruinar su plan, quebrantar sus ambiciones políticas. Y el vokudlak huyó con su prometida. Había asesinado a sangre fría con sus manos a todos aquellos que los persiguieron y no pudieron atrapar. La gente del reino preguntaba la razón para posponer su matrimonio. Exigían ver a su princesa. La situación iba de mal en peor.