—Tú... ¿realmente estás aquí, Regan? —preguntó Rex sorprendido.
Regan solo lo miró fríamente, indicándole silenciosamente que no fuera demasiado juguetón. Al ver su expresión seria, Rex también se puso serio al pensar que algo andaba mal.
Tenía que ser así. De lo contrario, ¿por qué vendría Regan a sus cámaras?
—¿Pasó algo? ¿Está relacionado con Rafael? ¿Esos comerciantes hicieron algo? —contó todas las posibilidades que harían que Regan viniera a sus cámaras.
Pero Regan no le respondió. Solo caminó hacia la cama y se sentó en ella mientras miraba el suelo fríamente, como si su mera existencia le irritara.
Rex levantó las cejas sorprendido y ahora estaba más curioso por saber cuál era realmente el problema.
Él también caminó hacia la cama y se sentó junto a su hermano, esperando que eventualmente hablara.
No quería burlarse de Regan, porque sabía que si exageraba entonces Regan se molestaría y podría irse sin contarle qué le preocupaba.