Cuando Laurel escuchó las palabras de Lady Irwin de que el banquete se organizaría en una semana, se regodeaba... regodeándose de las desgracias de Evelyn.
Estaba segura de que Evelyn no sería capaz de aprender todo en una semana. Al menos en aprender los pasos de baile, le tomaría todo un mes o incluso se podría esperar más.
Y el baile era una parte importante del banquete. El banquete siempre estaba incompleto si el príncipe no bailaba con su recién casada esposa o su prometida.
Por lo tanto, ya se había imaginado cómo Evelyn estaría parada en una esquina del techo del salón del banquete mientras Regan bailaría con alguien más.
Incluso había imaginado quién sería esa "alguien más" en particular.
No obstante, toda su imaginación se hizo añicos cuando llegó la tarde.
Al ver a Evelyn bailando tan elegantemente con Lady Bennett, Laurel retorcía su pañuelo con incredulidad, ira y resentimiento.