Aureus tuvo una comida suntuosa dentro de la habitación de invitados, disfrutando de la comida adaptada al paladar de un cambiaformas como él. Mientras comía, Erlos aprovechaba ese tiempo para hacerse amigo suyo, contándole diversos hechos sobre la gente de Agartha. Escuchando a Erlos hablar sobre Agartha y sus residentes, el joven águila comenzó a tener ganas de explorar el reino donde su madre se crió.
—¿Te gustaría pasear por el palacio? —le ofreció Erlos después de que terminara su comida.
—¡Claro! —Aureus aceptó de inmediato ya que no quería simplemente quedarse sentado en la habitación.
Al principio, no esperaba mucho, simplemente aceptaba por tener algo con qué pasar el tiempo. Sin embargo, cuanto más veía, más impresionado quedaba.