Ember, quien había perdido el conocimiento durante horas, finalmente despertó. Se sintió sorprendida al encontrarse en la cama, siendo su último recuerdo en la bañera.
—¿Señorita, ya despertó? —escuchó la alegre voz de Reya, quien se había dado cuenta de que Ember se había movido bajo las sábanas.
Ember parpadeó confundida hacia sus dos sirvientes que vinieron a revisarla inmediatamente.
—Señorita, ¿se siente bien ahora? —preguntó Clio mientras ayudaba a Ember a sentarse, el otro elfo moviéndose para darle un vaso de agua para que bebiera.
—¿No estaba tomando un baño? —preguntó Ember con voz baja después de devolver el vaso vacío a sus sirvientes.
—¿No recuerda, señorita? Se desmayó de repente en la bañera.
—Estuvimos muy preocupados todo el tiempo que estuvo inconsciente.
Al escuchar sus voces preocupadas, Ember intentó recordar lo que había pasado, haciendo que su cuerpo temblara.
Dolor. Estaba en tanto dolor.