—Diana corrió hacia Hazel con la espada en sus manos. Hazel estaba débil después de ceder todos sus poderes a otros. ¡Una tonta! Que merecía morir.
Con ese pensamiento Diana utilizó la misma espada y apuñaló a Hazel con ella y sonrió con suficiencia.
—Si hubiera sabido que era tan fácil, lo habría hecho hace mucho tiempo —murmuró con una sonrisa, pero justo cuando iba a retirar sus manos de la espada, Hazel la sujetó con ambas manos.
—Diana frunció el ceño e intentó empujar a Hazel pero su agarre era demasiado apretado y fuerte. No podía entender cómo una mujer que no tenía la fuerza para mantenerse en pie había obtenido de repente tanto poder.
—Pero sus ojos se entrecerraron cuando un resplandor plateado empezó a expandirse desde sus manos. Sus ojos se tornaron completamente negros y su cabello plateado empezó a bailar en el aire.