Hazel empujó a Rafael sobre la cama y luego se montó sobre él mientras lo miraba fijamente a los ojos.
—¿Me retas a dejarte otra vez? —preguntó con voz provocadora cuando él la miró con deseo.
Él la amaba aún más cuando ella intentaba ser dominante y controlarlo. Sus ojos eran tan encantadores. La miró y se lamió los labios. Sus intenciones eran claras, pero ella no iba a ser fácil con él.
Ella le agarró del cuello y advirtió:
—No vas a conseguir lo que quieres hasta que me lo aclares. ¿Realmente necesitamos llegar tan lejos para obtener el resultado? —preguntó, insegura de hacia dónde iba todo.
Él suspiró.