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Su boca era un desierto. Ella tragó para recuperar algo de saliva antes de responder —Sólo digo la verdad…
—El deseo ardiente y rojo se encendió en sus ojos. El tormento era lento y brutal, pero también traía una nueva capa de deseo en él.
A la luz de las velas, su cuerpo musculoso era todo ángulos y sombras. Brillaba en la luz naranja cuando ella lo sintió palpitar en sus manos. Ella sabía que él la deseaba, pero sería una mentira si dijera que ella no. Lo anhelaba, lo ansiaba a él.
Esto era tan diferente de antes, cuando él la había dejado. Esta vez, sus ojos estaban llenos de deseo, hambre y lujuria de la manera en que sus ojos se deslizaban sobre su cuerpo mientras ella fingía estar enfadada y que no lo quería, podía sentir el calor subiendo en su piel… Amenazaba con consumirla, corazón y alma. Se había endurecido. Su grosor no circuncidado tenía una ligera curvatura hacia arriba, y ella notó el líquido preseminal rezumando en su punta ya.
