El duque Starenfire se levantó de su asiento con una gran sonrisa en la cara. Hazel alzó una ceja, pero continuó recostándose en su silla de cuero incrustada con pequeños diamantes.
Parecía una reina con las piernas cruzadas y ligeramente inclinada en la silla. Su rostro tenía una sonrisa burlona.
Su expresión lánguida capturó las miradas de muchos. Se quedaron mirando su rostro donde las luces de los diamantes se reflejaban. Su rostro entero tenía ese brillo etéreo debido a ello.
No pudieron evitar mirarla de nuevo cuando ella sonrió.
—Y la ganadora es... Lady Hazel o Córnea Rafael de Cassanovia.
—¡Zas! —el duque cayó de nuevo en la silla con los ojos muy abiertos. Parecía estar aturdido mientras miraba al que anunciaba sin parpadear, como si esperase que él cambiara sus respuestas.
El anunciador se sintió avergonzado pero no podía cambiar la verdad.
Miró a la princesa en busca de ayuda cuando Hazel se levantó.