Declan tenía una sonrisa avergonzada en su rostro cuando le pidió a Anne que lo acompañara.
—¡No! Olvida lo que dije, solo estaba un poco fuera de mis cabales —dijo con una mirada de disculpa en su rostro mientras se golpeaba la cabeza, provocando una sonrisa divertida en la de ella.
Él rio despacio a cambio. Pero pronto la atmósfera se llenó de un silencio incómodo nuevamente.
Justo cuando sintió que ella se iba después de asentir en su dirección, sintió una extraña pérdida y luego dio dos pasos apresurados hacia ella, pero se detuvo al darse cuenta de que estaba siendo grosero.
—¿Tienes algo que decir? —ella preguntó con una sonrisa en su rostro que le dio coraje.
Él asintió con la cabeza como un tambor de cascabel.