—¿La estás salvando? —Hazel no lograba entender cómo funcionaba la mente de su hermana.
Nunca tomaba partido y siempre la protegía de su madre y siempre la consolaba y lentamente se lo hacía creer en su mente que ella era su madre para que no pudieran atacarla.
Ahora que Hazel no tenía emociones hacia la bruja, podía pensar racionalmente y darse cuenta de que siempre había sido Anne quien había detenido a Bella de atacar y la hizo emocionalmente débil.
—Yo... —Anne se mordió el labio—, ¡ella es mi madre y no puedo verla morir! —cerró los ojos con culpa y vergüenza—. Sé que no merecía vivir, pero podría haber una posibilidad de que tenga información que necesitamos. —intentó razonar mientras seguía tirando de las manos de Hazel—. ¿Podrías por favor dejarla ir?
Era una súplica, pero Hazel no estaba para nada convencida. Aunque quería saber quién la había traicionado. Estaba segura de que otro fragmento de su memoria también traería la respuesta.