—¿Qué hacemos aquí? —preguntó Hazel, ya que no quería asistir a otra reunión social y ser el centro de atención cuando se encontraba junto a Rafael.
—Hasta que se encuentre al nuevo emperador, la familia real seguirá viniendo aquí y debemos conocerlos para encontrar uno mejor —explicó él, cuando ella observó sus sonrisas llenas de falsedad.
Incluso ella podía ver que los odiaban, pero aún así mostraban una sonrisa como si tuvieran una buena relación entre ellos.
—¿Por qué no eliges a uno de los consejeros y terminas con esto? ¡Incluso podrías elegir a Damien para estar aquí! —rió él mientras el agarre en su brazo se endurecía y sus ojos se volvían más fríos.