Antes de que Anne pudiera preguntar qué quería decir Hazel, sintió otra fuerte ola de energía saliendo del cuerpo de Hazel y se sentó abruptamente. Cerró los ojos y sintió la energía oscura llenando la habitación.
—¿No es doloroso? —preguntó Anne con confusión cuando las expresiones de Hazel no cambiaron en absoluto aunque su aura se volvió negra como el carbón.
—¿Desde cuándo he empezado a sentir dolor? ¡Tsk tsk! ¿Crees que esta bruja de 400 años es tan débil? —Anne negó con la cabeza. Nunca dejaba pasar ni una sola oportunidad, mostrando su grandeza.
Pero en el fondo sabía que era debido a la falta de reconocimiento por parte de su familia y una mirada de disgusto de su propio clan lo que la había hecho tan decidida y arrogante.
—Solo tienes veinte años para tu información. Así que está bien aceptar e informarme de que estás sufriendo. —tocó el cuerpo de Hazel suavemente como si una mera presión pudiera romperla cuando Hazel rodó los ojos.