—¿Y tú crees que yo te creería? ¡Ja! —Rafael parecía sorprendido mientras tocaba su boca que se movía nuevamente—. Si piensas que comportarte amable con tus palabras y no pelear con fuerza serán suficientes para engañarme, entonces estás equivocado.
Las brujas solo saben mentir y engañar —pudo sentir la presión que ella ejercía sobre la pistola para arrebatársela de nuevo, pero él la sostuvo con firmeza.
La bruja tenía el poder elemental del viento y estaba agradecido de que no pudiera quemar las cosas. Podría manejar una brisa fácilmente.
—¿No te pareció extraño que ella pudiera curarse ahora? ¿Crees que los poderes vienen sin ninguna repercusión? —sus manos dudaron solo por un segundo antes de que apretara el gatillo de nuevo.
—¡Bufón! —gruñó ella con los dientes apretados mientras saltaba alto en el cielo, aun así, la pistola logró rozarle las manos un poco.