—¿Qué... de qué estás hablando? —sostenía su ropa fuertemente en sus manos con tal fuerza que era difícil decidir si intentaba arrancarlas o si las estaba sosteniendo como algo precioso.
—¿Por qué? ¿De qué tienes miedo? ¿De que te enamores de mí si nos acercamos más? —preguntó con una voz burlona mientras sus manos iban hacia su abrigo, el cual se quitó y lo lanzó a un lado.
—Diana, ella es mi prima. Es como familia para mí. Sin embargo, estás tratando de demostrar nuestra relación frente a ella. Si no supiera mejor, habría pensado que estás celosa de ella —¡y lo estaba! Pero nunca lo admitiría.
—Solo estaba tratando de demostrar mi autoridad sobre ti frente a ella —mintió mientras desviaba la mirada. El agua caliente hizo que sus mejillas se quemaran.
El calor subiendo en su piel la hizo ver más roja y más atractiva.
—¿Hizo alguna diferencia? —se pudo escuchar una suave risa en la habitación silenciosa mientras sus manos comenzaban a desabrocharse los botones.