Hazel, que todavía estaba perdida en su sueño después de estar tan cerca de Rafael, sintió como el calor aumentaba en su cuerpo.
Se imaginó que Rafael había vuelto y la sostenía en sus brazos y la besaba apasionadamente.
Se sentía como si él le estuviera mordiendo y succionando, extrayendo su alma de su cuerpo mientras su cuerpo comenzaba a sentirse más y más ligero.
Estaba a punto de perderse en el placer cuando se dio cuenta de que no era solo un sueño sino mucho más que eso.
Sus ojos se abrieron lentamente solo para encontrarlo sosteniéndola en sus brazos como un juguete precioso y besándola con tanto deseo que ella no pudo mantener el control de sus emociones.
Su cuerpo se sentía más ligero y volvía a perder la conciencia cuando agarró su ropa y la tiró.