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Rafael abrió sus ojos cuando finalmente escuchó los latidos rítmicos de la chica que parecía estar nerviosa por alguna razón. Sintió que se comportaba de forma extraña ese día y estaba seguro de que estaba relacionado con su familia.
La manera en que su llamada hermana intentaba tener su camino con él y cómo su padre intentaba impedirle regresar con ella, estaba seguro de que la habían perturbado.
Había notado la marca de arañazos en sus manos y estaba seguro de que él no era el responsable.
¿La estaban atormentando físicamente? Pero si ese era el caso, ¿por qué no se lo había dicho?
Se levantó de su cama, desde donde estaba durmiendo hacia el sofá donde la chica respiraba suavemente. Su rostro lucía tranquilo y libre de preocupaciones.
