Los ojos de Hazel se abrieron de par en par cuando vio a dos caballeros atacarlo por la espalda. Si no se había percatado de su presencia, solo podía significar que eran guardias sombra, uno de los guardias más fuertes que tenía el palacio para proteger a sus miembros.
—¡Detrás de ti! —Pero antes de que pudiera abrir la boca, ya lo habían atacado al mismo tiempo, pero su espada no logró tocarlo. Luciano ya había contrarrestado su ataque con su espada pero la presión era intensa.
Ambos caballeros usaban toda su fuerza para atacarlo.
Luchó por un rato antes de poder apartarlos.
—¿Por qué lo están atacando de repente? ¡Suéltenlo! —Hazel sabía que si continuaba, sería problemático ya que ambos caballeros eran hábiles, pero más que eso él era un extraño, ¿y si después lo culpaban a él?
Ya podía sentir la presión que estaban tratando de imponerle. Ella fulminó con la mirada al hombre, pero ellos permanecieron impasibles.