—Sus ojos que no tenían más que odio pronto cambiaron a una familia amorosa que era gentil y cariñosa cuando ella se puso de pie frente a ellos con Rafael.
—Estella se acercó y abrazó a Hazel —ay, te has vuelto delgada. ¿No has comido bien estos últimos meses?
Deberías cuidarte más ahora que estás casada. Después de todo, podrías ser madre en cualquier momento—. Parecería que la señora estaba demasiado preocupada por su hija, pero Hazel podía sentir la presión de sus manos que estaban en su espalda. Como si quisiera aplastarla bajo sus brazos y mostrar quién tiene la autoridad.
—Había pensado que Hazel captaría el mensaje y temblaría bajo sus brazos. Era necesario someterla desde el principio, ya que volaba demasiado alto en el cielo.
—Gracias, madre. Nunca supe que me habías visto antes de mi boda. Como no estuviste presente ni en la ceremonia y nunca viniste al edificio anexo cuando vivía allí.