—¡Entonces vámonos! Será el viaje más memorable que hayas tenido.
—Entonces, ¿dónde vives Helena? Nunca te habíamos visto en la ciudad antes —Hazel sonrió incómodamente ya que no tenía idea de dónde estaba la ciudad. Ni siquiera sabía por qué estaba aquí.
—Soy nueva aquí, vivo en la capital —escuchó un jadeo mientras la miraban con una expresión extraña en su rostro.
—Ese lugar está lleno de vampiros. ¿Cómo podría un humano vivir allí con seguridad? ¿No tienes miedo de que te chupen toda tu sangre? —Hazel asintió mientras mantenía un ojo en el camino que estaba oscuro y desierto.
No encontró ningún guardia ni otros aldeanos tomando el mismo camino.
—¿Estás preocupada por tu seguridad ahora, Helena? ¡Pobrecilla! —Hazel no sabía que había sentido un escalofrío recorrer su espina dorsal cuando escuchó a Jeanette.
Aunque ella había sido fría con ella desde el principio, esta vez su voz sonaba extraña.
