—Más de una docena de humanos han desaparecido de la ciudad otra vez. Todos están asustados y petrificados. ¡Hemos recibido muchas peticiones para aumentar el número de guardias por la noche! —comenzó el hombre con una voz turbada mientras miraba al noble sentado tranquilamente en sus asientos.
Ya era la tercera vez que se planteaba el asunto pero no se tomaba ninguna medida como si no pudiesen sentir la gravedad del asunto.
—Mi señor, si esto continúa culparán a las criaturas de la noche. Tenemos que investigar el asunto y encontrar al culpable lo antes posible —suplicó. Aunque a él tampoco le gustaban las criaturas con colmillos, era el señor con el mayor número de asientos en el consejo en sus manos.
No se podía tomar ninguna decisión sin su consentimiento.