—Cuando ella estaba muriendo, me había dicho que volvería y que antes de que dejara de llorar por ella, ¡ella ya habría tomado otro nacimiento! —decir que estaba sorprendida sería quedarse corto.
No porque susurrara esas palabras sino porque él realmente lo creyera.
No importa cuán fuerte fuera ella como bruja, ¿tenía el derecho de decidir si reencarnaría o no?
¡Qué locamente enamorado estaba él, para pensar que sus palabras eran ciertas!
—Sé que piensas que era un completo sinsentido. Pero yo tengo fe en ella y desde entonces he estado buscando a cada chica que nació en el año en que ella murió.
Y si ella tuviera siquiera el mínimo parecido con ella, las habría traído aquí para comprobar si era Madeline —su voz se volvía más suave y la mirada de anhelo en sus ojos se intensificaba tanto que ella podía sentir su dolor incluso cuando pensaba que todos sus esfuerzos eran en vano,