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—¿Por qué? No puede ser tan simple como salvar su imagen —apartó la vista de la chica que había sido vendida y arrastrada fuera del escenario y miró al vampiro que tenía una sonrisa cómplice en su rostro.
—Me alegra que no seas como otros que gustan de la autocomplacencia —tomando otro vaso con el mismo líquido, dio un sorbo mientras devolvía la mirada hacia el escenario.
—Este es un joven del oscuro bosque de Amora. Él puede matar incluso a las bestias más feroces con sus propias manos a esta edad. Un esclavo perfecto para protegerte a ti y a tus seres queridos —un oscuro rayo de luz pasó por sus ojos como si hubiera visto lo que estaba esperando, devolviéndole la atención al escenario también.
—¿No me has pedido caballeros que te sean leales? ¿Por qué no elegir uno o dos esclavos para ti que arriesguen su vida para mantenerte a salvo?
