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ADVERTENCIA:
Este capítulo contiene una escena de sexo explícito. Por favor, léelo bajo tu propio criterio.
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Marte gruñó suavemente y besó a Emmelyn de nuevo. No pudo contenerse por más tiempo. La cara de la chica se veía muy bonita y feliz después de tener su primer orgasmo.
El hombre le plantó un beso apasionado en los labios mientras sus manos apretaban su trasero.
Luego, posicionó su hombría endurecida frente a la entrada secreta de Emmelyn. Con un empuje poderoso, entró en ella.
—¡Aaaauw... duele! —exclamó Emmelyn.
Cuando Marte de repente empujó su pene dentro de su caliente tesoro, Emmelyn inmediatamente sintió un dolor agudo en su parte baja. Todo el placer que había sentido antes desapareció, reemplazado por un dolor tan grande, que lo sintió en los terminales de sus nervios.
Al escuchar el grito de Emmelyn, Marte entró en pánico de repente. Se detuvo en lo que estaba haciendo y la miró preocupado.
Él sabía por sus primos que la primera vez, el acto sexual solía ser muy doloroso para las mujeres, pero el dolor solo duraría un corto tiempo si continuaba con sus movimientos.
El príncipe sabía que la única manera de que el dolor desapareciera era que él tenía que continuar bombeando hasta que el pliegue de Emmelyn se acostumbrara a su tamaño y lentamente lo admitiera. Sin embargo, cuando escuchó su voz gritar, la mente de Marte se volvió un caos.
—Lo siento que te haya dolido —dijo él con voz ronca—. Dicen que es solo por un momento, aguanta...
Dijo esas palabras no solo para Emmelyn, sino para sí mismo también. Emmelyn se mordió el labio y clavó sus uñas en la espalda de Marte. Luego, ella asintió débilmente. Sus lágrimas caían mientras experimentaba un dolor insoportable.
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—Marte besó la esquina de los ojos de Emmelyn que estaban húmedos por las lágrimas, luego retiró su pene hasta que la cabeza estuvo a punto de salir y la embistió de nuevo con toda su fuerza. Se sentía culpable porque cuando Emmelyn sentía dolor, todo su cuerpo estaba envuelto por un placer indescriptible. Nunca había sentido algo así antes.
—Su miembro se sentía tan cómodo entrando y saliendo del núcleo de Emmelyn. Oh... era tan cálido y tan ajustado. Podía sentir la punta de su pene alcanzando la entrada de su útero.
—Después de bombear dentro y fuera de su núcleo algunas veces, sus movimientos se volvieron más suaves y más placenteros. El pliegue de Emmelyn finalmente se ajustó bien a su tamaño y se relajó mientras él la araba consistentemente.
—Unos minutos más tarde, la chica ya no sintió ningún dolor. Ahora fue reemplazado por placer. Poco a poco, su agarre en la espalda de Marte se debilitó, y su quejido se había convertido en gemidos coquetos.
—Marte se sintió aliviado cuando sintió que el cuerpo de Emmelyn debajo de él se relajaba e incluso seguía su ritmo como si estuvieran bailando al mismo son. Sus provocativos gemidos llenaban la habitación mientras hacían el amor en la noche.
—Ahh... sus primos tenían razón. El dolor no duraba mucho. Ahora, ambos estaban persiguiendo el clímax juntos.
—Marte sonrió para sí mismo cuando vio esa sonrisa tonta de nuevo en la cara de Emmelyn. ¡Esto era! Cuando ella estaba en placer, tendría esa sonrisa tonta en su rostro.
—Los labios llenos y naturalmente rojos de Emmelyn se veían aún más sexys cuando disfrutaba de su coito así.
—Marte se inclinó y besó a Emmelyn en los labios, sin perder el ritmo. Era inteligente y aprendía muy rápido cómo hacer este asunto del amor. Solo necesitaba seguir bombeando y mientras ella gemía así, ella se sentía bien y disfrutaba de su coito.
—Mientras Marte bombeaba su núcleo apasionadamente y desahogaba todo su deseo en ella, sus manos no estaban ociosas. Amasaba los pechos de Emmelyn suavemente. Esas hermosas y redondas órbitas se sentían taaan suaves en sus manos y nunca podía tener suficiente de ellas. Sus pezones rosados estaban erectos e invitantes. Cuando los besó alternativamente, Marte se sorprendió gratamente al escucharla gritar de placer.
—«Marte... Aaahhh... es tan bueno...».
—El hombre sonrió. Emmelyn realmente debía estar disfrutando lo que él estaba haciendo. La había estado llamando su nombre una y otra vez. El hombre estaba feliz de que a ella le gustara. Oírla llamar su nombre se sumaba al placer que estaba experimentando de su hacer el amor.
—Ahhh... esto debía ser a lo que la gente se refería como cielo en la tierra. Este era el único cielo que podíamos visitar sin tener que morir.
—¡Cómo odiaba a la desdichada bruja que lo había maldecido!
—Después de caminar la tierra por casi 27 años, solo ahora podía Marte sentir placer sexual. Otros hombres de su edad ya habían sabido cómo era eso desde muchos años antes. Se había perdido mucho.
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—Ahh... no sabía si todas las chicas eran tan sabrosas o si Emmelyn era simplemente especial.
Nunca lo sabría. Debido a la maldición de la bruja, Marte no podía tener sexo con ninguna otra mujer además de Emmelyn.
Pero... viendo lo hermosa y sexy que era esta mujer bajo él, Marte no tenía ningún arrepentimiento. Incluso si toda su vida solo pudiera tener sexo con Emmelyn, no le importaría.
—Hmm... pero ¿cómo? Emmelyn no quería casarse con él. También se iría después de dar a luz a sus tres hijos.
—¿Emmelyn realmente tendría el corazón para irse después de tener hijos conmigo? —se preguntaba Marte sinceramente.
No conocía la respuesta. Apenas se estaban conociendo, y no estaba seguro de qué tipo de persona era ella.
—Hmm... tenía que asegurarse de que se quedara.
Después de que Emmelyn diera a luz a su segundo hijo, Marte pospondría tener un tercer hijo para poder asegurarse de que Emmelyn no los dejara a él y a sus hijos, según su acuerdo.
—Ja. Soy inteligente —se elogió Marte.
Pero eso es un asunto para más tarde. Ahora, sería mejor pensar en cómo embarazar a Emmelyn y dar a luz a su primer hijo. Esa era su prioridad ahora.
Cueste lo que cueste, tenía la responsabilidad de continuar su linaje familiar.
—Ahhh... —Mientras el diablo estaba ocupado con sus propios pensamientos, Emmelyn fue llevada al séptimo cielo y se quedó allí después de que Marte continuó arando durante varios minutos.
Finalmente arqueó su cuerpo y dejó escapar un largo gemido, luciendo tan satisfecha. Su segundo orgasmo se sintió mucho, mucho más placentero que el primero.
Las estimulaciones tanto en sus pechos como en su núcleo al mismo tiempo lograron duplicar el placer que estaba obteniendo. Era casi insoportable.
Emmelyn estaba realmente sorprendida por su coito. Fue algo maravilloso y placentero después del dolor inicial que solo duró unos pocos minutos.
Al principio, sinceramente pensó que el trabajo de hacer bebés sería una tarea, pero en cambio, resultó ser un ejercicio realmente agradable. Lo llamaría sexercise a partir de ahora.
Y oh... el placer que siguió después de que su cuerpo pudo recibir la hombría dura como una roca del diablo realmente no podía describirse con palabras. Su parte baja se sentía muy llena mientras el pene de Marte la llenaba y bombeaba regularmente dentro y fuera de su núcleo.
El placer era tan grande, que podía sentirlo hasta las puntas de sus nervios. Mientras arqueaba la espalda y agarraba los brazos de Marte, el hombre sonrió satisfecho. Se sentía muy bien con su rendimiento, y esto aumentó su confianza.
—¿Te gusta? —susurró él ronco en el oído de Emmelyn y mordisqueó su lóbulo.
Emmelyn gruñó suavemente y sonrió, dando una respuesta afirmativa. Marte se rió entre dientes cuando vio su reacción. Estaba contento de verla feliz. Luego, se retiró y giró el cuerpo de Emmelyn para que quedara boca abajo.
Marte levantó sus caderas y luego la penetró por detrás. Ahhh... ¡se sentía tan, tan bien! Su miembro llegaba aún más profundo que antes.
Aunque Marte nunca había tenido sexo con ninguna mujer antes, no era un mojigato. Había escuchado muchas historias compartidas por sus primos acerca de sus aventuras sexuales.
Marte sabía que había varias posiciones diferentes que podían probar para obtener placer y no podía esperar para probarlas todas.
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De la autora:
—*se ríe entre dientes* Espero que les haya gustado este capítulo. Tendremos más momentos sexy en el próximo. *JAJAJAJA*
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Está bien, ahora voy a avivar el ventilador. Xx.
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