—Tú... realmente no estás interesado en Paulina, ¿verdad? Va a haber problemas si ambos vamos en contra de los mayores —dijo ella con un tono suplicante.
Si fuera solo ella, al menos Williams la respaldaría. Y si fuera solo Williams, ella lo respaldaría a él. Pero ahora, eran los dos y eso presagia problemas.
—No quiero renunciar a Alvin. Ya es malo que yo vaya tras Alvin; tú no deberías hacer lo mismo. Además, padre no puede hacerle daño a Alvin, pero no es el caso de Paulina.
—Ve a lavarte. Hueles incómodo —dijo él mientras se acomodaba en la cama y cerraba los ojos para dormir.
Susan finalmente se levantó, y al mismo tiempo, un golpe sonó en la puerta.
Williams abrió los ojos, y ambos miraron hacia la puerta mientras se abría lentamente y Lance asomó la cabeza, con los ojos brillantes al verla.
Ella suspiró.
—¡Ah! Estás despierta, y tú también estás aquí —dijo a los gemelos con una sonrisa mientras se adentraba en la cámara, cerrando la puerta detrás de él.