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—Mientras tanto, Sir Gregorio intentaba controlar su temperamento. Una vez más, Lance estaba muy enojado. Y también lo estaba Benedicta. —Estaba enojada por la muestra pública de afecto que él demostró hacia su esposa humana. ¡Eso era simplemente una locura!
—Como de costumbre, nadie podía interpretar la expresión en el rostro de Harvey.
—Perdonen su comportamiento, no suele ser así —dijo la reina con una dulce sonrisa, a pesar de estar muy sudorosa. —Estar cerca de Harold era tortuoso porque no sabía cuánto él sabía realmente. Y tampoco podía saber quién la había estado espiando la noche pasada.
—Perdónenlo —dijo Damon a todos, asumiendo su papel como el siguiente en el mando y haciendo que el aire alrededor del comedor se volviera frío.