—¡Lárgate de aquí antes de que te mate! —gritó el hombre a Dave y arrastró a la mujer con fuerza.
Dave quiso perseguirlos, pero se dio cuenta de que toda la atención ya estaba sobre él. No quería arruinar su misión y darle a Damien la oportunidad de acosarlo.
Se tocó la esquina de los labios, que ahora estaban sangrando. —No ha terminado —murmuró en voz baja, jurando vengarse del hombre.
—Usa esto —ofreció una voz suave y familiar mientras un pañuelo se extendía hacia él. Dave lo recibió pero dudó antes de usarlo para limpiarse la sangre de los labios.
Al levantar la mirada, se encontró con esos grandes ojos azules que siempre había tratado de evitar. Era Charlotte, y su sonrisa lo incomodaba por alguna razón.
Le devolvió el pañuelo y se dio la vuelta, con la intención de irse antes de que ella causara un alboroto. Sin embargo, Charlotte lo detuvo y limpió la sangre con su pañuelo con fuerza.