Dave observó su figura alejándose mientras lo dejaba atrás en el balcón. Ya no le importaba su vida, y en su opinión, era lo mejor.
—Dave, ahí estás —entró Alfa Nureo al balcón, pareciendo aliviado como si hubiera estado buscando a Dave.
—Alfa Nureo, felicidades por la boda de tu hermano —lo saludó Dave, recomponiéndose.
—Gracias por venir. ¿Has visto a Dante? —preguntó Nureo.
—Sí, lo vi y… —Dave se interrumpió, dándose cuenta de que no podía mencionar el nombre de Charlotte nunca más.
Alfa Nureo arqueó una ceja interrogativamente hacia Dave y sonrió cuando entendió lo que Dave no podía decir.
—Sé que debes estar emocionado de que mi hermana ya no sea una fuente de preocupaciones para ti. Ah, ella se va a casar pronto, y me aseguraré de que te invite —dijo Alfa Nureo, con sinceridad evidente en su rostro.
Dave quería desesperadamente abandonar la fiesta de boda y encontrar un poco de paz para su mente agobiada.