Penny miraba fijamente la carta que Alejandro sostenía en la mano. El sobre era de color verde oscuro con un sello dorado. Le pareció muy extraño el momento, ya que planeaban confrontar a la pareja de ancianos una vez que reunieran toda la información necesaria sobre ellos y sus actividades.
—Qué momento tan oportuno. Es más que perfecto que vayamos allí por su invitación —dijo Damien cuando Caitlin lo interrumpió.
—Deben haber planeado algo para invitar al Señor Alexander y a ti. Su objetivo principal son ustedes dos —dijo mirando a Damien y Penélope—. Volviéndose hacia el Señor Alexander, preguntó:
—¿Has comido algo de allí? En su casa.
—Sí, ¿por qué? —ante la respuesta del Señor Alexander, ella bajó la vista hacia la mesa.
—¿Solo?
—No, fue en uno de los almuerzos que ofrecieron.
Caitlin parecía ligeramente preocupada: