Había una delgada línea entre el amor y el odio, y de esto, Su Xiaofei era consciente. Zhang Ling había hecho todo lo posible por retrasar su inminente encuentro con Mo Yuchen tanto como pudo, pero Su Xiaofei sabía que no podría evitarlo para siempre. Finalmente, llegó ese día.
Lu Qingfeng miraba a su esposa mientras ella abotonaba su camisa de vestir y ajustaba sus mangas frente al espejo. Era evidente que estaba nerviosa ese día, ya que había sido especialmente cuidadosa esa mañana.
—No has comenzado tu día y ya estás tan estresada. ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte? —preguntó, desviando su atención de su atuendo.
Su Xiaofei soltó un suspiro que no sabía que estaba conteniendo y se volteó para enfrentarse a su esposo. Ella sabía que no había razón para estar nerviosa por su encuentro con Mo Yuchen hoy, porque verlo solo le recordaba lo tonta que había sido en su vida anterior. Tampoco quería que su esposo se preocupara por ello.