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—De todos los lugares —Su Xiaofei no esperaba poder encontrarse con su madre biológica aquí—. Siempre había sabido que su encuentro era inevitable, pero no tan pronto. Parecía que estaban filmando una escena y Bai Qingyue estaba vestida con un atuendo tradicional.
Su largo cabello negro estaba recogido en la parte superior de su cabeza con un simple pasador y llevaba una túnica blanca y roja con flores bordadas en las mangas. Hacía que su apariencia pareciera más joven que su edad real y podía hipnotizar a cualquiera, como si fuera un hada inmortal que había perdido su camino y terminado en el reino mortal.
Pero no para Su Xiaofei y Lu Qingfeng. Ambos estaban inexpresivos mientras se encontraban entre la pequeña multitud que adoraba a Bai Qingyue.
—¿Sabías que ellos estarían aquí? —preguntó Su Xiaofei a Lu Qingfeng.
