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Su Xiaofei dejó a Chen Hao parado frente a la Residencia Su en shock. Si él pensaba que ella le permitiría albergar tales pensamientos indecentes hacia ella sin enfrentar consecuencias, estaba muy equivocado.
En el pasado, no solo intentó agredirla, sino que también estaba a la disposición de Ye Mingyu, asegurándose de que esta última tuviera toda la ventaja que necesitaba contra ella. Debido a la interferencia de Chen Hao, Su Xiaofei experimentó fracaso tras fracaso al enfrentarse a Ye Mingyu.
¿Entonces cómo podría dejar a Chen Hao salirse con la suya tan fácilmente? ¿Querer atormentarla de nuevo? Necesitaría mucha suerte para salir ileso una vez que ella terminara con él. Lu Qingfeng fue quien buscó venganza contra él en el pasado, pero esta vez, Su Xiaofei decidió tomar todo en sus propias manos.
Si eso significaba que podría evitar que Lu Qingfeng arruinara su propia vida por ella.
Mientras el carro en el que iba se alejaba de la Residencia Su, Chen Hao sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Le era difícil creer que la joven con la que se había encontrado antes era la misma persona desagradable y arrogante que conocía. Algo en Su Xiaofei estaba mal, su mirada fría y penetrante era suficiente para infundirle miedo.
Como era de esperarse, el mercado público de la Ciudad Qiying estaba más concurrido de lo habitual. La gente venía a comprar las cosas que necesitaban y se apresuraban a regresar a casa para terminar los preparativos para el Día de Año Nuevo. La Ciudad Qiying era una de las ciudades principales del país, por lo que era natural que muchas personas se reunieran aquí.
Para una joven señorita como Su Xiaofei, estar aquí no era propio de su estatus, sin embargo, no mostró ni una pizca de disgusto al mezclarse entre la gente común de esta manera. Los niños que corrían se detenían en seco, levantaban sus caras sucias para echar un buen vistazo a la hermana bonita antes de volver a sus juegos.
Con sus dos guardaespaldas siguiéndola silenciosamente, Su Xiaofei no tenía que preocuparse demasiado. Le envió un mensaje rápido a Xi Qian para informarle que iba en camino a verla. Desde el incidente en el pub, Xi Qian había renunciado y ahora estaba trabajando en una panadería local cerca del mercado público.
La bulliciosa calle estaba llena de compradores y vendedores ambulantes ofreciendo sus productos a los transeúntes. Compró tres de los panecillos al vapor favoritos de Xi Qian, bien calientes, porque sabía que a Xi Qian le gustaba comerlos después del trabajo. Suponía que a su mejor amiga le encantaban porque eran baratos y rápidos de conseguir. El relleno de barbacoa de cerdo de todos modos era sabroso y era suficiente para saciar el hambre de uno.
Xi Qian ya había terminado su trabajo a tiempo parcial cuando Su Xiaofei llegó fuera de la panadería. Le regaló una sonrisa a su mejor amiga y se apresuró a llegar al lado de Su Xiaofei, solo para sorprenderse al recibir sus panecillos al vapor favoritos.
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—Feifei, no deberías haber tomado la molestia —le dijo Su Xiaofei, pero ya había sacado uno de los panecillos al vapor y le dio un mordisco.
—¡Eres la mejor, Feifei! —sonrió y enganchó su brazo con el de Su Xiaofei mientras comenzaban a recorrer los alrededores hasta llegar al callejón donde estaba la farmacia.
«Ya casi es hora», pensó Su Xiaofei mientras echaba un vistazo a la hora en su muñeca.
Entonces miró a su alrededor y vio a dos grupos que también miraban en la misma dirección que ella. Afortunadamente, ninguno de ellos era Ye Mingyu. Con la multitud de gente que venía en su dirección, sería difícil para ella seguirle la pista a Ye Mingyu a este paso.
Bajó la mirada mientras Xi Qian soltaba su brazo para comprar algunos refrescos para las dos. Esto también había sido orquestado por Su Xiaofei. Conociendo las preferencias y hábitos de su mejor amiga, le fue fácil convencer a Xi Qian de que notara algo que le podría gustar y, ¿qué más querría su amiga después de haber disfrutado un delicioso bocado que una bebida fría y refrescante?
Su Xiaofei echó un vistazo a los dos grupos que miraban fijamente hacia la farmacia. Uno era un joven en sus veintes, vestido con ropa harapienta y un par de pantalones que parecían haber visto días mejores. Parecía un carterista habitual que conocía bien la zona, ya que al pasar varios jóvenes lo saludaban.
Mientras tanto, el otro grupo consistía en tres hombres vestidos casualmente con abrigos negros, que casi le recordaban a Su Xiaofei los abrigos largos. Los hacía destacar entre la multitud. La gente no podía evitar mirarlos, preguntándose qué hacían en un lugar tan concurrido y bullicioso.
Su Xiaofei tuvo una mala sensación sobre esto. Nadie había mencionado que había dos grupos involucrados en el ataque al anciano hoy. Luego miró a Xi Qian, quien todavía estaba ocupada eligiendo los sabores que debería comprar para ambas mientras Su Xiaofei tenía que mantener la vista en la farmacia. Algunos clientes ya se habían ido, pero el Maestro Ouyang y Yun Xiang no estaban a la vista.
«¿Qué hago?», pensó Su Xiaofei. Necesitaba tomar una decisión tan pronto como saliera el anciano. Era consciente de los latidos acelerados de su corazón a cada segundo que pasaba. ¿Cómo había logrado Ye Mingyu salvar al anciano?
Si simplemente se tratara de un robo, el Maestro Ouyang no tendría en alta estima a Ye Mingyu en su vida pasada. Su Xiaofei se dio cuenta de que Ye Mingyu había salvado la vida del anciano de esos hombres sospechosos que estaban esperando en el callejón cercano a la farmacia.
Je, así que, ¿Ye Mingyu recibió tal ventaja para ganarse el favor del anciano por pura suerte? ¿Las protagonistas como ella estaban destinadas a ser ventajosas en comparación con las demás por tener una armadura de trama inevitable? Si es así, ¿qué pasa con una villana como Su Xiaofei?
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