Su Xiaofei bostezó y se frotó los ojos somnolienta. Como había tenido que hacer una lectura nocturna, se había dormido demasiado tarde. Terminó sintiéndose inquieta y con sueño al despertar. Además, no ayudaba que estuviera pensando en Lu Qingfeng estos días.
—Feifei, ¿no dijiste que hoy es el juego de Lu Qingfeng? ¿No vas a ir a verlo jugar? —preguntó Xi Qian, preguntándose por qué su mejor amiga aún no se había levantado de su asiento, dado que su clase había terminado hace quince minutos.
Los ojos de Su Xiaofei se abrieron de golpe al escucharlo. Saltó de su asiento y comenzó a ordenar su escritorio enseguida.
—¡Ay! ¡Completamente se me olvidó! Xiao Feng me va a matar si no aparezco en su juego. Rápido, Qian, no voy a escuchar el final si él se entera de que llegué tarde.
Xi Qian se rió de su reacción y sacudió la cabeza. Había momentos en que Su Xiaofei olvidaba cosas importantes como esta.