—Tranquila. No hay nada de qué preocuparse, ¡mamá! ¡Todavía no estás muerta! —exclamó el joven, tomando por sorpresa a Su Xiaofei.
Ella giró rápidamente la cabeza para mirarlo. Lo observó detenidamente durante un largo rato.
—¿Cómo me llamaste recién? —preguntó Su Xiaofei incrédula.
—No creo que realmente me hayas olvidado, mamá. —El joven apuesto sonrió mientras se paraba a un par de pies de distancia de ella.
—Tú... —Así que ella no estaba simplemente sobreanalizando las cosas, pensó Su Xiaofei. Realmente ella sabía quién era este joven, pero ¿quién podría ser?
Espera. Él la llamó mamá. Solo entonces le llegó lo que él quería decir con eso.
Mientras lo miraba incrédula, no pudo evitar que las lágrimas cayeran de sus ojos.
—Eres tú. —Dijo con voz entrecortada. Lágrimas se acumulaban en sus ojos.