Besar a Xiao Rufeng de este modo siempre había puesto a prueba el autocontrol de Yan Xiuchen. Le resultaba difícil pensar en algo en ese momento, ya que cada uno de sus pensamientos estaba lleno de ella y solo de ella. Un temblor recorrió todo su cuerpo cuando Xiao Rufeng se acercó más a él, su suave pecho presionando contra el suyo.
Yan Xiuchen se apartó y aspiró una profunda bocanada de aire. Su rostro estaba rojo mientras sostenía el hombro de Xiao Rufeng para mantenerla alejada de él. No se fiaba de sí mismo en ese momento.
—¿Demasiado? —preguntó Xiao Rufeng con una leve sonrisa mientras le acariciaba la cara.
—Sí... Solo dame un momento para calmarme —admitió él.
—Está bien. Lo siento por hacerte sentir incómodo.
Xiao Rufeng bajó la mano y se sentó derecha a su lado, luciendo decepcionada, pero su cuerpo vibraba con necesidad. Quería besarlo más y mucho más, pero era obvio que él no podía decidirse.