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Lu Qingfeng observaba cómo Su Xiaofei bailaba con su padre. Una pequeña sonrisa curvaba sus labios al ver el brillo de contento en los ojos de ella. Estaba contento de haber convencido a Qiao Fengying para que viniera a Ciudad Qiying con tan poca antelación, considerando lo ocupado que había estado el hombre mayor recientemente.
Entonces Su Xiaofei se sonrojó de vergüenza cuando pisó los prístinos zapatos negros de su padre y bajó la cabeza, mientras que Qiao Fengying lo tomó con humor.
—Me alegra que Feifei esté disfrutando de este día. Estaba un poco preocupado de que pudiera sentir algún resentimiento hacia su padre por no estar aquí. —La voz de Yun Qingrong sorprendió a Lu Qingfeng por un momento, sin esperar que su suegra estuviera parada junto a él. ¿Estaba tan absorto que solo podía ver a Su Xiaofei en esta sala llena de gente?
