Esta vez, lo que vino de parte del mayor de los Lu era demasiado para que todos lo manejaran.
—Me duele la cabeza —pensó Zhao Shuang.
Lu Jinhai tosió y casi se atraganta con la comida en su boca.
Ning Jiahui le pasó un vaso de agua a su esposo y comenzó a darle palmadas en la espalda.
Lu Chen gritó de dolor cuando el bollo al vapor que había cogido con los palillos cayó de nuevo en la sopa caliente, salpicando su camisa.
Su Hui se recuperó del shock después de escuchar el grito de dolor de su esposo y comenzó a ayudarlo.
Lu Feng no prestó atención y continuó comiendo su desayuno con la sombra de una sonrisa en su rostro. Estaba bien mientras el asunto de los bisnietos no estuviera relacionado con él y nadie invadiera su espacio personal.
Lu Lijun no estaba al tanto de las cosas que se decían a su alrededor. Miraba a todos con expresión confusa, sin entender qué había causado la conmoción en la mesa del desayuno. Miró a su hermano, quien generosamente le ofreció una rebanada de carne y lo instó a comerla. El obediente niño ignoró a todos y volvió a su desayuno.
Lu Qiang volvió su mirada hacia el mayor de los Lu y dijo —Descansa tranquilo, abuelo. Me aseguraré de preparar suficiente stock para ti antes de que toque fondo. No hay necesidad de arrastrar a mi hermanito al pozo sin fondo de tu avaricia. —Su rostro inexpresivo y su voz fría mientras decía esto y volvía a prestar atención a su hermano, actuando como si la conversación no tuviera nada que ver con él.
Esta conversación entre este abuelo y nieto atrevidos hizo que todos se sostuvieran la cabeza con ambas manos y presionaran el punto de presión en sus sienes. El menú del desayuno tenía un plato especial llamado "SHOCK".
Finalmente, la abuela Zhao Shuang le dio un codazo a su esposo y le pidió que parara. Cada conversación que tenía terminaba con lo mismo... 'Bisnietos'.
Nadie habló más y comenzaron a comer su desayuno con total atención. Después de terminar el desayuno, todos se dirigieron hacia la sala de estar. Lu Feng, sin embargo, se fue directamente a su habitación mientras los demás charlaban.
—Hermano Lu Qiang, ¿dónde está mi regalo de cumpleaños? —Lu Lijun le preguntó, su emoción resurgiendo al ver que su hermano había terminado la conversación.
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—Está en mi habitación. Vamos —mientras ambos subían las escaleras, Lu Feng pasó por ahí y como Lu Lijun estaba allí, Lu Feng decidió hablar con Lu Qiang.
—¿Cómo fue el viaje? —preguntó.
—Bastante bien —respondió con una voz fría—. No habló más y comenzó a subir las escaleras. A Lu Feng no le molestó y, como de costumbre, se giró y se dirigió hacia fuera con las llaves de su coche.
Todo el mundo estaba familiarizado con que Lu Qiang y Lu Feng no hablaban entre sí, así que nadie le prestó mucha atención. A la madre de Lu Feng, Su Hui, no le gustaba pero no podía decir nada porque su hijo tenía la culpa. Además, le tenía bastante miedo a Lu Qiang, al igual que la mayoría de las personas en la familia.
Lu Feng era el segundo primo de Lu Qiang. Lu Qiang no lo odiaba pero estaba molesto con todos los malos hábitos que tenía Lu Feng. Era alcohólico, no le gustaba trabajar y tenía una mala compañía de amigos. Lu Qiang intentó desviar su atención de estas cosas dándole algunas responsabilidades en la empresa, pero Lu Feng no mostró interés y rechazó sus ofertas, sin olvidar que Lu Feng nunca entró a la oficina de la corporación Lu en los últimos años. Finalmente, Lu Qiang se dio por vencido con Lu Feng.
Lu Feng tampoco odiaba a Lu Qiang. Era solo que: él estaba feliz en su propio mundo. No le importaba lo que los demás le dijeran y lo ignoraba todo. Lu Feng era un estudiante brillante con una maestría en contabilidad y finanzas, pero después de completar su educación, nunca intentó hacer nada por su carrera, y menos aún prestar atención en el negocio familiar. Solo quería vivir una vida despreocupada.
Aunque Lu Feng tenía todas estas malas cualidades, siempre mantenía distancia con las mujeres. Había muchas mujeres que intentaban abrirse camino en la familia Lu seduciendo y acostándose con Lu Feng, pero él no entretenía a nadie y no le gustaba estar en compañía de mujeres, excepto las mujeres de su familia.
En la residencia Jiang.
Jiang Yang y Jiang Yuyan llegaron a su casa. Era un apartamento lujoso en una de las áreas más caras de la capital. El apartamento era enorme y el interior estaba hecho al estilo europeo. Lo compró Jiang Peizhi hace unos años cuando planeaba establecerse en China después de la jubilación. También quería un hogar para sus hijos por si alguna vez venían a China.
—¡Finalmente están aquí, mis pequeñas ardillas! —Mo Ruolan recibió a sus hijos con una cálida sonrisa.
Mo Ruolan era una mujer impresionante y elegante. Físico esbelto, claro con rasgos bellamente tallados. Jiang Yuyan se parecía a su madre y creció convirtiéndose en una hermosa dama. Jiang Yang, por otro lado, era como su padre: alto y guapo.
Al entrar en la casa, Jiang Peizhi salió de su estudio y los saludó con un cálido abrazo paternal. Todos caminaron hacia el gran sofá en la sala de estar y se sentaron allí.
Jiang Yang se reclinó perezosamente en el sofá, estirando las piernas hacia el suelo. —Este es un lugar increíble para vivir. Demasiado elegante y lujoso —comentó con un grito de júbilo.
—¡Desde luego! Después de todo, tuve que planificar y diseñar todo para que coincidiera con los estándares palaciegos de mi esposa —diciendo esto, Jiang Peizhi le guiñó un ojo a su esposa.
Los hermanos miraron a sus padres y luego el uno al otro sonriendo. Sabían cuánto se amaban sus padres.
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