Gedeón no pudo evitar tararear satisfecho mientras guiaba a Freya en su viaje de regreso hacia la capital. Habían pasado casi toda la mañana haciendo el amor, y su tiempo de viaje de regreso a la capital se había visto afectado como resultado. Tampoco ayudaba que su pareja estuviera actualmente exhausta y aún así se negara a que él la llevara en su espalda usando su forma de lobo.
A pesar de sus palabras de no querer imponerle, el Vínculo dejaba tan claro como el brillante sol sobre ellos que simplemente no quería tener demasiado contacto físico con él después de su vigoroso acto de amar. No porque no quisiera, por supuesto.
No… Era porque aparentemente no podía confiar en sí misma para no intentar provocarlo y tener otra ronda de sexo desenfrenado en medio del camino.
—[Y tengo toda la justificación para ello,] —Freya susurró débilmente a su lado, sus mejillas ardiendo de rojo ante sus pensamientos—. [Tú... Yo dije que cambiaste algo en mí... Solo que no pensé que sería así...]