[Quinto día dentro del Bosque del Elemento…]
Xenia abrió lentamente sus ojos, solo para entrecerrarlos y parpadear por los rayos del sol golpeando su rostro. Gimió fuerte mientras intentaba levantarse. Todo su cuerpo le dolía. Y su cabeza latía de dolor mientras se obligaba a sentarse de nuevo.
Antes de que se desmayara, lo último que recordó fue la sensación de las emociones de Darío llamándola. Él estaba tan ansioso, preocupado y ardiendo en tanta furia que ella podía decir que estaba al borde de comenzar una matanza. Probablemente fue porque la vio luchando en el agua.
Suspiró, aliviada de que ahora todo estuviera bien y de que él la hubiera escuchado cuando le dijo que no hiciera movimientos drásticos. Forzando su cuerpo a levantarse, su estómago gruñó. Debía haber pasado bastante tiempo desde que se desmayó.