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En El Lucian, Océano Miran
Después de unas cuantas ejercicios más de entrenamiento para la Princesa Xenia, Osman instruyó para que El Lucian avanzara a toda velocidad para que pudieran llegar al puerto principal de Cordon, Escol, lo más pronto posible. Mirando por la ventana de su camarote, Xenia tenía una amplia sonrisa en su rostro al ver acercarse el puerto. Mientras tanto, Darío estaba ocupado secando su cabello mojado con una toalla detrás de ella. Era una vista serena, una en la que ella sabía que estar de regreso en tierra firme significaba que ella habría terminado con todo su entrenamiento.