Calhoun se encontraba en una de las torres más altas del castillo, mirando el paisaje del castillo que se extendía hasta los confines más lejanos antes de unirse con el bosque. La brisa fría se movía contra su rostro, empujando los mechones negros de su cabello hacia atrás mientras que a veces se movía en una dirección distinta para flotar sobre su frente, la cual no se molestaba en domar y dejaba libre y salvaje.
La cima de la torre estaba construida para estrecharse en el extremo, y el suelo no tenía nada excepto espacio en las paredes para permitir que el viento pasara a través de él. Calhoun tenía ambos brazos apoyados en la plataforma estrecha mientras permanecía de pie mirando la tierra que le pertenecía.
Al oír los pasos provenientes de las escaleras, no se molestó en girarse para ver quién era porque solo Theodore venía aquí a esta hora.