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De vuelta en el salón de baile, Madeline, que estaba bailando con Calhoun, había sido invitada por su padre a bailar con él. Cuando terminó de bailar, decidió visitar el tocador acompañada por criadas detrás de ella. En su camino, se encontró con los invitados que la felicitaban e inclinaban sus cabezas ante ella. Cuando llegó al cuarto, la sonrisa se desvaneció y se dio cuenta de lo cansador que era mantener la sonrisa.
Después de intercambiar sus votos, Madeline se había cambiado a un vestido de color soleado que no era tan pesado como el vestido de boda. Había soltado la mayor parte de su cabello, que ahora caía en cascada por su espalda. Tomando una toalla que estaba doblada cerca, la presionó contra sus sienes.
—Felicidades por tu matrimonio, mi Reina —Madeline se giró para ver que era Lilith quien había entrado al tocador. Las criadas se quedaron afuera como si estuvieran en espera por si Madeline necesitara algo—. Pensé que la boda no se llevaría a cabo.
