Por la mañana, cuando se despertó de su cama, la nieve había cesado, pero había suficiente nieve en el suelo desde la noche anterior. Beth entonces dijo —Siempre he intentado hacer lo mejor, Maddie.
—Soy consciente de ello —acordó Madeline.
—Pero la manera en que la gente te cuidaba y te amaba, no creo que jamás haya podido obtenerlo —había una tristeza determinada en su voz al decir esto—. Tú no lo veías, pero yo notaba la mirada en los ojos de todos, eras la niña a la que cuidaban con un esmero extra. No estoy celosa de ello. Digo, solo me hizo esforzarme más para hacer que los demás me notaran y destacar. Abuela y Abuelo, Tía Mary, Tío Joaquín... veía la diferencia. A veces incluso nuestros padres.
Ante esto, Madeline apretó los labios. La razón por la que mantenían una vigilancia más estrecha sobre ella era porque ella era alguien que podía matar a las personas de repente. ¿Cómo se suponía que le dijera a Beth que no era por amor y cuidado sino porque era diferente?