—El hombre lobo que había estado enjaulado se hizo más y más grande hasta que no pudo caber en el espacio cerrado y finalmente se liberó de él. Oh no —vio la sorda realización de Madeline mientras continuaba gruñendo.
—Madeline escuchó a su abuela decir:
—Hay un dicho entre los ángeles caídos que si no podemos matar a las personas, las metemos en el ataúd. Y si eso no funciona, es la criatura que aúlla a la luna la que se encargará de los demonios y los ángeles con su mordida mortal.
—Madeline no escuchó el resto ya que el hombre lobo saltó fuera de su jaula y aterrizó justo frente a ella. Se dio la vuelta rápidamente sobre su talón y comenzó a salir de la cueva. No sabía lo que había hecho su abuela, que el cuerpo de James se había hecho más grande, y él se veía más feroz como si apenas pudiera esperar para tener su comida. Madeline comenzó a huir tan rápido como pudo, sujetando el frente de su vestido mientras escuchaba los gruñidos del hombre lobo que venían detrás de ella .